Por alumnas del primer año; Ayelén Márquez, María Teresa Lartigue, Marisa Martin y Mónica Palaversich. Coordinadora: Silvina Montoya.
Para comenzar citamos la frase de Enrique Pichón Rivière sobre la sociedad moderna “La sociedad es una feria de diversiones, donde la oferta de roles y tareas son sumamente diversos, por el cual el marco referencial, el esquema referencial subjetivo se fragmenta”. Explicaba la Dra. Gladys Adamson, sobre esta metáfora, de aceptar las reglas de juego, aceptar su lógica y su propuesta, asemejándola a la sociedad de consumo, donde el sujeto puede elegir una cosa u otra, aceptar este desafío u otro. Y esto de que hay elecciones que tienen que ver con el grupo de pertenencia.
Continúa la Doctora explicando que para Pichón, el vestido, el ropaje, corresponde a un rol. Y si uno no está seguro del rol que va a ocupar, el vestido sirve como afirmación de determinado rol en la sociedad. Pensando en esto, nos surge la siguiente pregunta a Regazzoni, que nos recibe en su casa, sencillamente vestido, con un gorro de lana negro con rayas blancas sobre sus rulos largos y despeinados, una chomba lila de piqué, sobre esa chomba una camisa de color azulino como de frisa (muy similar a la típica de trabajo, con manchas y todo) y un pantalón gris de entre casa.
Del devenir de la conversación surge que él siempre es igual y que “la mirada del otro le importa un carajo” según sus textuales palabras.
Nos causa curiosidad saber que haría en caso de tener que ir a un lugar que fuera necesario ir vestido de traje, le preguntamos: ¿Como iría?.Su respuesta inmediata es “no voy, no tengo traje”. Reformulamos la pregunta, si fuera necesario aparentar para la ocasión (tratamos de explicarle), “como disfrazarse”, el responde: “El hombre no se disfraza vive disfrazado, desnudo no está disfrazado, todos estamos disfrazados”. El tiene claro su rol en la sociedad, “lo más importante es ser artista, lo demás no importa”.