Institución Educativa de Nivel Superior · DGEGP A-1389

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La Psicología Social al fin del milenio (*)

Dra. Gladys Adamson

Existe consenso en los diversos pensadores en ciencias sociales en señalar ciertos hitos que han marcado este fin de milenio(1). A nivel mundial: 1) la caída del muro de Berlín como símbolo de la caída del bloque de la URSS; 2) el aparente triunfo del capitalismo sobre el sistema socialista, Aparente, porque casi inmediatamente empezaron a surgir las crisis del mismo sistema capitalista que empañaron su fugaz triunfo; 2) la hegemonía militar de EEUU que la transforma en “juez y parte” frente a los conflictos internacionales 3) la multipolaridad de mercados; 4) la globalización informática y de mercados.
A nivel del conocimiento 1) han surgido nuevos paradigmas que permiten la emergencia de otros modelos de pensamiento y como lo señala I. Prigogine (2) están posibilitando un renovado diálogo entre las ciencias naturales y las ciencias sociales; 2) el avance científico y la revolución tecnológica han producido cambios profundos a) a nivel de la información de masas convirtiendo al mundo en una aldea global, b) se ha transformado la matriz productiva de la industria tradicional con la emergencia de la robótica y la computarización; c) la ingeniería genética nos traslada a terrenos que parecían reservados a la ciencia ficción problematizando éticamente los límites del avance científico y tecnológico impensable desde un posicionamiento moderno donde el progreso se imaginaba sólo para el bien.
A nivel de Latinoamérica el fin de milenio nos encuentra 1) con un claro triunfo de las democracias sobre las dictaduras militares 2) con una estrategia de los gobiernos a la apertura de los mercados y 3) con profundas transformaciones del Estado que podríamos denominar del Estado Benefactor al Estado Mínimo.
Todas estas transformaciones que podríamos denominar revolucionarias sin embargo han producido paradójicamente una profunda insatisfacción a nivel del ciudadano común. Ello se debe a que 1) el crecimiento macroeconómico de los países aumentó la brecha entre los ricos y pobres 2) las empresas aumentaron su producción pero hubo inequidad en la distribución de esa riqueza 3) la revolución tecnológica produjo desocupación 4) las transformaciones del Estado no significaron una mejora en los hospitales, en las escuelas, en las remuneraciones de maestros y jubilados; 5) la emergencias de las democracias despertó una expectativa de participación ciudadana activa en la toma de decisiones gubernamentales que no se concretó 6) la reforma del Estado no eliminó la corrupción política y la acción de presión de los poderosos sobre los gobernantes posibilidad de la que carece el ciudadano común.
En síntesis el grueso de la población percibe grandes cambios a nivel de la ciencia, la tecnología, del Estado y de la macroeconomía pero en la microeconomía, en su vida cotidiana no ha habido mejoras, al contrario su presupuesto se ha reducido y ha sido el que “ha pagado” el costo de muchas de estas transformaciones.
El Dr. Bernardo Kliksberg señala que los “358 multimillonarios tiene actualmente un patrimonio que es superior a los ingresos acumulados del 45% de la población más pobre del mundo, 2.300 millones de personas” (3). UNICEF informa que en Latinoamérica y el Caribe mueren 600.000 niños por causas evitables(4).

Estas estadísticas no son banales. El Presidente del Banco Mundial James Wolfensohn señala que “La distribución de los beneficios del crecimiento presenta uno de los mayores desafíos a la estabilidad del mundo. Las injusticias sociales pueden destruir los avances económicos y políticos”(5). No existe en el mundo un solo ejemplo de un país con una gran diferencia entre pobres y ricos que haya crecido económicamente. Una sociedad igualitaria tiene capacidad de movilizar al mercado en una dimensión que no la tiene una sociedad con gran parte de su población en situación de exclusión social. A las injusticias sociales que hacen que haya menos posibilidad de vida, de educación y de ocupación se suma ahora la amenaza del “analfabetismo cibernético” que los excluye del campo de información social. La inequidad en la distribución de los ingresos hace que se descrea de la democracia y puede afectar la gobernabilidad de muchos países latinoamericanos con democracias recientes.

Fracaso del “modelo del derrame”

El “modelo del derrame” implica sostener la idea que los sacrificios de la población que suponen las transformaciones en el nivel macroeconómico de un país se compensan a posteriori ya que una vez que se logra el progreso económico este “se derrama” sobre las clases menos pudientes y/o carenciadas.
La realidad de la última década ha demostrado el fracaso de este modelo. Incluso las Naciones Unidas señalan en “Desarrollo Humano 1996” que puede haber crecimiento a nivel macroeconómico “con desocupación, con exclusión, sin participación, con debilitamiento de las cultura nacionales, con destrucción del futuro al deteriorarse el medio ambiente” (6)
El sostener este modelo de priorizar el desarrollo macroeconómico a costa del empobrecimiento de la mayoría de la población es una estrategia suicida aun para el mismo sistema capitalista de corte neoliberal. No existe ningún ejemplo en el mundo de un país que, con una gran diferencia entre ricos y pobres haya crecido y se haya desarrollado. Por el contrario las sociedades igualitarias son las que crean una amplia franja de población capaz de motorizar y dinamizar el mercado. Este es el modelo llevado a cabo por los países llamados “del primer mundo”.

Diversos capitales de una sociedad

Actualmente se considera que deben considerarse diversos capitales en un país. El capital natural que designa todas las bondades de sus recursos naturales. El capital construido que corresponde a su infraestructura, a los servicios que brinda a su población, a su capital comercial y financiero. Pero actualmente también se está hablando de capital humano que corresponde al nivel de fortaleza que en salud e instrucción posee una población y el capital social que corresponde a la cultura compartida, a los valores comunes, a la capacidad de actual en conjunto que posee una población y que le permite la constitución de redes de converjan en la posibilidad de proyectos sociales comunes. Una investigación del Banco Mundial acerca de las causas del crecimiento económico en 192 países establece que no menos del 64% del crecimiento puede ser atribuido al capital humano y al capital social(7).
El desarrollo del capital humano exige del Estado políticas públicas que atiendan las necesidades de nutrición y de educación de su población. Peter Drucker definió en 1992 a la sociedad del futuro como “sociedad del saber” (8)
Robert Reich, ex Secretario de Trabajo de USA señala “los ganadores de esta nueva economía globalizada y volátil son aquellos que puedan identificar y resolver problemas, manipular y analizar símbolos, crear y manejar información” recomienda “invertir en la educación y capacitación de nuestra gente; buenas escuelas publicas y excelentes Universidades Publicas. Públicas en el más verdadero sentido de la palabra: accesibles a todos, sostenidas por todos”. Esto sitúa a la educación en un lugar central en la planificación del futuro de un país. Japón a aumentado en un 50% en su ya elevado presupuesto para ciencia y tecnología. Para el próximo quinquenio será de 155.000 millones de dólares (9). Corea e Israel han aumentado considerablemente su presupuesto para educación. Las empresas privadas de avanzada están derivando mucho esfuerzo y dinero a la capacitación continua de su personal. han incrementado considerablemente sus presupuestos para entrenamiento y formación de su personal.
La educación de los habitantes de un país no solo tiene efectos en el aumento de su capacidad productiva sino que también tiene que ver con el desarrollo de su salud. B. Kliksberg señala que según los cálculos del Banco Mundial agregando tres años mas de escolaridad básica de niñas de bajos recursos se reduciría la mortalidad infantil en un 15 por mil. El aumento de su capacidad simbólica le hace posible acceder a comprender los mecanismos del embarazo y por lo tanto a poder prevenir la precocidad de acceso a la maternidad, acceder a nociones que tienen que ver con planificación familiar, la salud de los niños, de la familia etc. Estos datos indican que la inversión en salud y en educación tienden a potenciarse mutuamente.
El capital social es fundamental en un país en un momento histórico donde la complejidad de los problemas que se encarar hace que solo sea posible abordarlos en una conjunción de esfuerzos en red entre organismos de Gobierno, empresariales y población civil. Esta estrategia que surge en el fin del milenio requiere de valores y culturas comunes y de una voluntad y capacidad de trabajo hacia el interior de la misma sociedad.

Del Estado Benefactor al Estado Mínimo

A mediados de nuestro siglo XX no había duda que la función del estado era la de una Organización benefactora. En nuestro país el peronismo encarnó casi a la perfección este modelo. Colaboró en ello la riqueza de las arcas del Gobierno. El modelo de un Estado Benefactor consideraba que era el Estado el que debía planificar integralmente el desarrollo económico y social del país en todos sus aspectos, trabajaba centralizadamente para lleva a cabo esta planificación y ejecutaba todos los programas a través de equipos y organizaciones del Estado. Esta concepción de Estado Benefactor demostró en la práctica graves dificultades. La consecuencia de la centralización era la creación de grandes estructuras burocráticas estatales sumamente costosas e ineficientes (10). Es fácil comprobar que al Estado le resulta más eficaz y más económico financiar a familias albergantes que se hagan cargo de niños que tienen problemas con la ley que crear una institución monstruo como son los reformatorios que resultan costosísimos y además conllevan todas las perversiones típicas de las “instituciones totales” como por ejemplo que especializan a estos niños en el crimen y la crueldad.
Ante el fracaso del Estado Benefactor como en un efecto de péndulo se creó el modelo del Estado Mínimo. La función de éste estado debía ser conservar la tarea de elaborar la estrategia de su desarrollo como país pero la tarea concreta debían llevarla a cabo empresas privadas u organizaciones civiles que se hicieran cargo de los Servicios a la población o del desarrollo social. Este modelo fue asumido por Gobiernos de corte neoliberal que confiaron que la “mano invisible” (Adam Smith) del mercado regulara todas las relaciones sociales. La conjunción de estos dos factores, el modelo de un Estado mínimo y el hecho que lo llevaran a cabo Gobiernos de corte neoliberal tuvo como consecuencia un verdadero desguace del Estado en beneficio de empresas privadas. Se redujo el Estado anárquica y salvajemente con severas sospechas de corrupción en su tramitación. Tampoco trajo como consecuencia que las funciones básicas que deberían ser irrenunciables para el Estado mejoraran: la educación, la salud, jubilaciones dignas etc.
El fracaso del modelo del Estado Mínimo comprueba que no es posible que el Estado abandone su rol de regulador de los intercambios socioeconómicos. La ley del mercado falla siempre a favor del mas fuerte. Las inversiones rentables para los empresarios y hombres de negocios no siempre son al mismo tiempo productivas para el país.

Reaparición del Estado:

La complejidad de las problemáticas de un mundo globalizado que debe afrontar el gobierno de un país hace que sea necesario crear un nuevo modelo de Estado.
Dicho modelo está en gestación y no se sabe aún cómo es. Hay sin embargo algunas propuestas claras. El Estado debe recuperar el rol regulador de los intercambios económico-sociales. Michel Crozier dice “Necesitamos mas intervención publica para dominar la complejidad. Y aun los hombres de negocios exigen la intervención (11) El Estado debe cumplir un rol integrador y facilitador del fortalecimiento de las integraciones regionales que pueden ser de enorme importancia ante la globalización y ante una demanda de competitividad sistémica frente a otros países en el mercado internacional. Actualmente se espera un modelo de cooperación entre los principales actores sociales, entre ellas el Estado y el mercado pero también esa amplia gama de organizaciones que promueven desarrollo social pero que no forman parte del Estado ni del mercado: las Fundaciones empresariales, las O.N.G. las organizaciones sociales de origen religioso, las Organizaciones vecinales, los grupos ecologistas, el voluntariado.
Se espera una política de Estado en educación salud, nutrición, cultura, orientado a superar las grandes injusticias, capaz de impulsar la concertación entre lo económico y lo social. Amartya Sen dice “El Japón y la región del Este de Asia han tenido un alto grado de liderazgo gubernamental en la transformación tanto de sus economías como de sus sociedades; el papel de la educación y atención en salud publicas ha sido el eje fundamental para contribuir al cambio social y económico en el mundo entero (y en forma bastante espectacular en el Este y Sudeste Asiáticos) y la formulación pragmática de políticas se ha inspirado tanto en el mercado como en el estado y de hecho también en instituciones que no pertenecen a ninguna de las dos categorías, tales como organizaciones de la comunidad” (12)

Integración de las áreas de política económica y social

En la actualidad el área de desarrollo social carece de poder y de autonomía comparado con áreas como la económica y la política. Tradicionalmente el Ministerio de Desarrollo Social ha sido la Cenicienta de las áreas gubernamentales. Las políticas económicas se basan exclusivamente en datos estadísticos e informaciones exclusivamente económicas. El nuevo modelo de Estado propone que se unifique la información económica y la del área social y que a partir de ello haya un diseño de la política publica conjunta. Este modelo apunta a una integración total que va mas allá de reuniones de equipo o encuentros entre Ministros. El capital económico y el social deben ser objeto de una estrategia conjunta, deben tender a integrarse y es el Estado el único que puede llevarlo a cabo.
Es cierto que ello obliga tal vez a obtener mayor información y mejores datos estadísticos del área social para que puedan ser empleadas en el diseño de las políticas de Estado.
En algunos países desarrollados se denomina socioeconomía a estos diseños integrados como en Israel por ejem donde hay un seguimiento de la situación social que genera datos que son utilizados tanto por las áreas de decisión económica, social como por el parlamento.

Nuevos modelos de gerenciamiento en el Estado

El Estado debe modificar su manera de gerenciar sus servicios. Los paradigmas organizacionales han cambiado. La antigua estructura piramidal con directores que elaboran estrategias, ordena que éstas se ejecuten y controlan lo ejecutado ya no es viable. La pirámide de mando se ha achatado. Los roles son más horizontales. El mando y el control han sido substituidos por la motivación y la incentivación de una creatividad más autónoma. Se apuesta al aporte del saber de todos los actores sociales de la organización y con ello se potencian todos los recursos institucionales. Se espera un gerenciamiento de adaptación activa y una organización que pueda ser pensada como una espiral por su dinamismo en relación a la realidad y a los cambios que esta le generen. La planificación en un mundo cambiante como el de fin de siglo exige estrategias puntuales capaces de evaluarse, ajustarse o re planificarse de acuerdo a los requerimientos de la realidad.

La formación de redes y la Psicología Social

La complejidad de las problemáticas que abordan los países en desarrollo a fin del milenio demanda aunar todos los recursos de todos los actores sociales que puedan contribuir a su solución. El Estado debe ser el factor convocante de la formación de redes que integran a los organismos públicos del área social, a las ONGs, a las fundaciones empresariales privadas, a los sindicatos, a las organizaciones sociales religiosas, a las Universidades, a las sociedades de fomento vecinal. Estas redes tenderían al apoyo mutuo y a intercambiar lo mejor que puedan aportar cada una de ellas con el objetivo de colaborar a que las personas y las organizaciones puedan hacer frente a las problemáticas que se le presenten.
Es en esta nueva estrategia de conjunción de esfuerzos de los distintos grupos sociales donde la Psicología Social juega un papel fundamental. Su concepción de un sujeto social que solo se constituye en relaciones que lo determinan, sus metodologías participativas que promueven un sujeto protagónico, direccionado al logro de una creciente autonomía es la disciplina capaz de promover los espacios intersubjetivos, vinculares articulados por un objetivo común. La Psicología Social es la disciplina interdisciplina en rigor – capaz de potenciar los recursos y la cooperación de subjetividades, grupos y organizaciones tendiente a la constitución de redes porque cuenta con metodologías y técnicas participativas orientadas a un objetivo de transformación social.

Efectos de la cultura de mercado:

El Estado mínimo llevado a cabo por Gobiernos de corte neoliberal también han promovido y desarrollado una cultura social de mercado
C. Castoriadis señala que las sociedades occidentales se conformaron por la articulación de dos imaginarios sociales contrarios: el imaginario social capitalista y el imaginario social democrático (13).
El imaginario social capitalista se caracteriza por la competitividad, el objetivo de máxima productividad, y de obtención del máximo beneficio. Este imaginario promueve un esquema referencial o mentalidad capitalista. El ideal es una subjetividad competitiva, exitosa, individualista, que se rige por una lógica de guerra simbólica, centrado en la producción y en el enriquecimiento personal desentendiéndose si las consecuencias de ello implica la exclusión social de sus conciudadanos.
El imaginario social democrático se caracteriza por promover valores opuestos al capitalista. Promueve ideales que hacen al bien común, a la solidaridad, a la convivencia con el diferente. El diferente no es alquien sobre el cual triunfar sino el que aporta por ser, justamente, diferente.
Lo que señala C.Castoriadis es que el imaginario social capitalista ha avanzando sobre el democrático en áreas que antes eran impensables como el arte o la justicia.

Efectos fragmentantes de las transformaciones sociales

Norbert Lechner (14) señala que la sociedad tenia, no hace mucho una manera de pensar sus diversas conflictivas en términos de clases sociales. Esta noción de clase social ubicaba los diferentes grupos sociales con sus diversos intereses en una concepción diferenciada pero abarcable con el pensamiento y que permitía el debate sobre la base de un imaginario social compartido.
Nuestra sociedad actual se halla fragmentada en numerosos grupos sociales que poseen diversos intereses y opiniones y que imposibilitan un referente común que permita el dialogo y el disenso
La perdida de una razón globalizante ha hecho emerger racionalidades especificas que operan muchas veces de manera cerrada y autónoma. La cultura, la economía, la política, la ciencia etc. operan según lógicas autoreferenciales que hacen difícil un consenso común.
Esta situación vuelve difícil construir un imaginario social colectivo que pueda mantener unida a la sociedad dando una noción clara de sí misma.
Se suele decir que las grandes ciudades han perdido su centro. Ya no hay un centro de la ciudad. Toda gran ciudad tiene múltiples centros. Parecería que las metrópolis son una metáfora de la sociedad. La sociedad también ha perdido su centro. No existe un referente común para los diversos grupos sociales.
La globalización ha generado además un redimensionamiento del espacio. Cada campo (en términos de P.Bourdieu) (15) puede trascender los limites de su país. De hecho comparten sus problemáticas y potencian sus recursos mas allá de sus fronteras nacionales al mismo tiempo que se alejan de las lógicas de los otros campos de su propio país. Las distancias entre los diferentes países se estrechan y aumenta la distancia entre grupos sociales dentro de un mismo país.
El sociólogo Mario Robirosa (16) ha denominado a nuestro contexto actual como contexto de turbulencia debido a la magnitud y celeridad de los cambios que acontecen en la sociedad actual. Esta característica de turbulencia modifica nuestra noción del tiempo. El tiempo se ha acelerado. El futuro se ha tornado inimaginable. Se planifica en función del presente pero se carece de una imagen de futuro. Esta situación de omnipresencia del presente hace que todo lo que importa acontece aquí y ahora. Se vive entonces en lo inmediato y por lo tanto todas las expectativas y todas las demandas son para el presente y se reclaman para el aquí y ahora.

La fragmentación de los esquemas referenciales

Enrique Pichón Riviere en relación al sujeto moderno plantea una aseveración contundente. Dice “no hay nada en él que no sea la resultante de la interacción entre individuos, grupos y clases” (17) o sea que visualiza a la subjetividad conformándose a partir de complejas tramas vinculares que él distingue en ámbitos (individuales, grupales, institucionales y comunitarios). Este heterogéneo proceso de socialización da lugar en la subjetividad a la asunción de determinados modelos de pensar, sentir y hacer en el mundo que E. Pichón Riviere engloba en el termino de esquema referencial. El esquema referencial es esa estructura subjetiva que contiene esquemas mentales de percibir, valorar, organizar y sentir la realidad y esquemas de acción (y corporales) que permiten operar con el mundo y enfrentar sus problemáticas.
Pichón Riviere en 1966 llamaba la atención desde su columna semanal en la Revista “Primera Plana” (18) que la modernización traía aparejada una fragmentación de los esquemas referenciales. Utilizó la metáfora del Parque de diversiones para dar cuenta de la diversidad de referentes que ofrece la sociedad y que promueve en el individuo lo que Durkheim denominó “anomia”: la perdida de valores. Para E. Pichón Riviere la ausencia de un claro posicionamiento social promueve un desdibujamiento de la propia identidad. Ello produce ese cuestionamiento angustiante “No sé quién soy ni dónde estoy”
La fragmentación del esquema referencial, produce incertidumbre, angustia, perdida de identidad. Se pierden las claves de interpretación de la realidad. Y esto afecta en mucho mayor grado a los sectores de menores recursos. Menores recursos no solo económicos, sino de estímulos intelectuales, de información, de recursos de legitimidad de sus derechos etc. Esta fragmentación tiene un peligro que le es inherente. El sujeto en situación de incertidumbre, de angustia tienden a tomar medidas extremas, autoritarias. Tiende además a descreer de la tolerancia, la libertad, en síntesis, de la democracia.
La fragmentación de los esquemas referenciales produce un sentimiento de desamparo y horfandad. Se pierde la capacidad de compartir una significación de la realidad. No se visualiza cómo pueden articularse los proyectos individuales y los colectivos o sociales. Todo ello refuerza el encierro y la anomia.
Como expresión de la fragmentación del esquema referencial me parece apropiado recordar la canción de María Elena Walsh: En el país de nomeacuerdo: En el país de nomeacuerdo/ doy tres pasitos y me pierdo/ un pasito para allí/ no recuerdo si lo di/un pasito para allá/ Ay que miedo que me da// En el país de nomeacuerdo/ doy tres pasitos y me pierdo/ un pasito para atrás/ y no doy ninguno mas/ porque ya ya me olvide/ donde puse el otro pie.

Aportes de la Psicología Social

La Psicología Social de Enrique Pichón Riviere no es una Psicología grupalista. Su ECRO (Esquema, conceptual, referencial y operativo) (19) nos permite pensar interdisciplinariamente las problemáticas subjetivas, grupales, institucionales y comunitarias de la sociedad moderna. Nos provee además de metodologías y técnicas que permiten el abordaje de problemáticas en estos campos diversos con una direccionalidad precisa: la potenciación de recursos humanos basados en los proyectos y objetivos que emerjan de esas mismas estructuras vinculares. Es un accionar profesional que tiende a promover la máxima autonomía posible en los sujetos, los grupos, las organizaciones y la comunidad. Partimos de una concepción de sujeto protagónico, capaz de una acción conjunta, en la prosecución de un proyecto común que parta de una necesidad propia, diagnosticada, planificada y gestionada desde ese mimo posicionamiento protagónico.
Este sujeto, organizado con otros, es capaz de ser un interlocutor activo y operativo frente a organismos gubernamentales para el abordaje de tareas comunitarias, para el enfrentamiento de las problemáticas complejas que nos desafían en este fin del milenio.
Las problemáticas de desempleo, inseguridad, educación, gerenciamiento de organizaciones, trabajo en red etc. tienen la cualidad de anudar factores subjetivos (de pensamiento, sentimientos y acción), de pertenencias grupales, institucionales y pertenencias culturales especificas. Requieren por lo tanto de un abordaje interdisciplinario ya que exigen un profesional formado desde un marco referencial complejo que le permita un abordaje integrador de todas estas condicionantes variables en función de su potenciación.
Las metodologías grupales operativas (técnica de Grupo Operativo) (20) han demostrado su eficacia en la constitución de lazos sociales en función de un objetivo com&u

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