Dra. Gladys Adamson
El 16 de Julio se cumplieron 20 años de la muerte del Dr. Enrique Pichón Riviere y estamos, sólo, a poco mas de dos años del 2.000.
No son muchos los pensadores que luego de tantas décadas de producido lo nuclear de su obra siguen teniendo la vigencia de Pichón Riviere.
En la década del 60 (en rigor venía produciéndose desde la década del 40)) la eclosión del pensamiento de este creador articuló campos hasta entonces no interconectados: la psiquiatría, el psicoanálisis, las ciencias sociales, las vanguardias intelectuales, la filosofía, la vida cotidiana y del arte.
Su pensamiento traspasó los límites de lo académico y lo disciplinar y se inserto en la cultura complejizando y enriqueciendo los marcos referenciales de los pensadores del psicoanálisis, del arte, de la vida cotidiana, del incipientes análisis institucional, de los educadores, aún los pensadores del deporte.
La obra de E. Pichón Riviere es un gran collage de un pensamiento polifasético pero de una gran coherencia metodológica en su manera de abordar la realidad. Encontramos artículos acerca de la vida cotidiana, incluida la política, artículos de psiquiatría, psicoanálisis, sobre grupos, instituciones, problemáticas comunitarias, sobre literatura, plástica etc. Y todos ellos fieles a su concepción de una epistemología convergente.
Su pensamiento tuvo como eje central la problemática acerca de la constitución de la subjetividad. La pensó emergiendo de las complejas estructuras que trascienden a esa subjetividad, estructuras que diferencia tanto como recorte de la realidad ( individual, grupal, institucional y comunitario) como en sus diferentes lógicas. La producción de la subjetividad se establece a través de las mediaciones de los tramas vinculares familiares, institucionales y culturales – sociales que conformarán determinadas estructuras de pensamiento, sentimiento y acción que corresponderán a un sujeto singular pero, ineludiblemente, miembro de una determinada época histórico-social.
Su pensamiento no escapa a un planteo ético ya este sujeto producido es a la vez productor de las estructuras simbólicas, vinculares y sociales, que lo trascienden, otorgándole así una responsabilidad social o ciudadana por las circunstancias de su vida.
Esta preocupación por la constitución de la subjetividad donde la Psicología Social “debería dar cuenta de cómo la estructura social deviene Fantasía Inconsciente” es el foco de atención de autores posteriores a Pichón Riviere. Me refiero a M.Foucault, a C.Castoriadis, a Edgard Morín, a G.Deleuze, a Guatari etc.
Se podría decir que E. Pichón Riviere fue un anticipado y que sus interlocutores fueron posteriores a su obra. Vivieron e ingresaron al campo intelectual décadas mas tarde.
Frente al año 2000
Hasta hace algunos años la polémica modernidad – posmodernidad ocupaba el centro del debate en Ciencias Sociales. Hoy surge en el horizonte del fin del milenio una problemática mas abismal: el peligro de la exclusión social.
Si tomamos las reflexiones de Robert Castel en “La metamorfosis de la cuestión social” y de Jeremy Rifkin en “El fin del trabajo” (ambos de editorial Paidos) podemos distinguir un diagnóstico del presente que nos permite vislumbrar una problemática crucial para la sociedad y para los profesionales de las Ciencias Sociales pero al mismo tiempo un desafío creador e innovador para los trabajadores en Ciencias Sociales.
Haré algunas precisiones: se denomina Primer Sector a los organismos gubernamentales, Segundo Sector al de las empresas que tienen como objetivo hacer negocios y Tercer Sector a ese amplio espectro de instituciones que se abocan a la salud, a la educación, a la rehabilitación, a la acción social etc. Es a este Tercer Sector al que pertenecemos mayoritariamente los Psicólogos Sociales.
Robert Castel plantea que el trabajo ha dejado de ser el eje principal estructurante de la vida cotidiana, la familiar y social en general. Lo que conocemos como trabajo, desde hace 200 años, a producido una subjetividad inserta en las instituciones y la sociedad. El trabajo le ha permitido al sujeto y a sus familias la organización de su cotidianidad y una planificación de su futuro y el de sus hijos e identificarse como ciudadano de un determinado país.
Bajo la ley del mercado el campo laboral o ha desaparecido como en el caso de los desocupados o se ha vulnerabilizado estableciéndose una situación de precariedad laboral. El efecto de estos dos factores es la disgregación y la pérdida de las redes de solidaridad social
Tanto la inseguridad social como el miedo al futuro producen una competitividad salvaje y un estado de anomia social donde ya no hay protección ante situaciones circunstanciales de la vida como podría ser una enfermedad, la maternidad, enfermedad de los hijos etc. Todas ellas pueden ser causa de pérdida del trabajo.
El trabajo se ha transformado en un recurso social escaso. La situación de exclusión social está en el horizonte de todo ciudadano sea hombre o mujer. Robert Castel señala el peligro que para una democracia significaría masas crecientes de excluidos sociales. Plantea como una posible solución “la repartición del trabajo” y aclara que “la repartición del trabajo es menos un fin en sí que el medio aparentemente mas directo para acceder a una redistribución efectiva de los atributos de la ciudadanía social” su objetivo es prevenir la disgregación social.
Jeremy Rifkim
Este autor, Licenciado en Economía y Asesor del Presidente Clinton lleva a cabo una investigación por el cual constata que a principios del siglo XIX el 80% de la población laboral se hallaba ocupada en tareas agrícolas. Se araba la tierra con arados tira®dos por caballos, se utilizaba la asada y el azadón para el cuidado del sembradío, se cosechaba a mano y el transporte se hacía en carros tirados por caballos. El campo se tecnificó en un grado tal que actualmente es el 3% de la población laboral la que trabaja en tareas agrícolas.
Pero la Revolución Industrial y la presencia de las máquinas que echaron a los campesinos y labradores del campo, crearon grandes Fábricas que albergaron a estos trabajadores produciendo las grandes emigraciones hacia las ciudades y los barrios fabriles. Las Fábricas también se tecnificaron y se robotizaron reemplazando a los obreros en su trabajo. Pero habían surgido las Empresas de Servicios que pudieron albergar gran parte de los nuevos desocupados. Pero ahora éstas, también se están tecnificando y las computadoras, los Fax, las fotocopiadoras, los E-mail, Internet, Moden etc. nos llevan a una situación cada vez mas próxima a la desaparición del trabajo.
En este momento hay, en el mundo, mas de 800 millones de seres humanos desempleados o subempleados. Y esta cifra puede crecer en el futuro.
Se vislumbra un futuro amenazante con la presencia de masas crecientes de desocupados y Rifkin los asocia al incremento de la violencia y el delito. El desempleo y la exclusión social puede generar una subcultura criminal de consecuencias impredecibles.
Jeremy Rifkin apuesta a una era Posmercado. Plantea que es el crecimiento del Tercer sector lo que puede compensar los efectos desbastadores de la pérdida de la inclusión social a través del trabajo. Dice el autor: “Ayudar a facilitar el traslado de millones de trabajadores desde el empleo formal en la economía de mercado a los servicios para la comunidad en la economía social, es algo que se convertirá en esencial si la civilización quiere acabar de forma efectiva con la disminución en la masa de puestos de trabajo en el siglo que viene”.
Son las instituciones del Tercer Sector las que trabajan potencializando los recursos comunitarios y al mismo tiempo que restituyen los cimientos de la organización social.
Es indudable que para la potencialización del Tercer Sector es indispensable una decisión política ya que la creación de nuevos puestos de trabajo en dicho Sector requiere dinero.
Las opciones que da Rifkin son varias: 1) un salario social por el servicio a la comunidad lo que permitiría menos gasto en la burocracia estatal de los programas de bienestar social 2) supresión de costosos subsidios a empresas 3) recortar los innecesarios programas de defensa 4) imponer impuestos al valor agregado para los productos y servicios no esenciales como ya se lleva a cabo en Europa.
Desafio y responsabilidad de los psicólogos sociales
Si el desafío del futuro va a ser encontrar formas creativas e innovadoras que permitan al ser humano seguir con una condición digna de ciudadanos y de sujetos sociales que siempre se logró a través del trabajo como forma de anclaje social y de organización de la vida propia y familiar, considero que el rol profesional creado por Enrique Pichón Riviere es el mejor rol para hacerse cargo de este desafío.
El Psicólogo Social formado desde la teoría de E. Pichón Riviere posee un marco referencial teórico, metodológico y técnico que le permite en su operación y frente a los discursos y las acciones que emergen, articularlos como efectos de la subjetividad, de condiciones de la grupalidad, de las instituciones y de las condiciones sociales o comunitarias – culturales que conforman el contexto de su intervención.
El Psicólogo social parte del diagnóstico de la necesidad comunitaria y a partir de allí diseña y crea dispositivos que permitan potencializar los recursos de la propia comunidad en la que interviene. En este sentido no es un profesional que lleve soluciones sino que hace emerger las soluciones desde el estilo y las posibilidades del mismo] grupo humano con el que opera.
Es indudable la necesidad que este trabajo profesional sea pago. No se puede planificar una intervención comunitaria con seriedad y con garantía de continuidad si no está financiado. Es aquí donde la responsabilidad gubernamental no puede faltar.
Actualmente, hay una política a nivel mundial que indica que el Estado benefactor que se hacía cargo de la acción social directa a través de sus cuerpos técnicos y agencias gubernamentales ha terminado. La estrategia del Sector de Gobierno es actualmente la de preservar sólo las acciones de programación y garantía de realización pero la ejecución directa de la intervención a nivel comunitario. Los administradores del estado han descubierto que es mas económico financiar programas de acción social llevadas a cabo por las organizaciones no gubernamentales que sostener las pesadas burocracias que se desarrollan cuando se ejecutan en forma directa por el Estado
Una prueba de ello es el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) financiado por el BID para toda América Latina que se implementa a través de las Secretarías de Desarrollo Social de los distintos países, donde las instituciones ejecutoras son Organismos no Gubernamentales (O.N.G.). Esto da lugar a infinidad de programas financiados algunos de los cuales en la Argentina son: “Ayuda solidaria para Mayores” (ASOMA), “Fondo participativo de Inversión Social” (FOPAR) (Asistencia técnica y financiera a pequeños proyectos comunitarios para barrios y localidades carenciadas)., “Programa de Apoyo al Desarrollo productivo” “Programa Servicios Comunitarios” “Capacitación para el empleo” “Plan de fortalecimiento de la Sociedad Civil” (Capacitación de Animadores Comunitarios), “Plan de Fortalecimiento del Desarrollo Juvenil” etc.
Los Psicólogos Sociales tenemos la posibilidad y creo que la responsabilidad de presentar Proyectos para el desarrollo comunitario en cualquiera de estas múltiples áreas y asumir así el desafío de nuestro momento histórico: evitar los efectos desbastadores de la exclusión social.
Buenos Aires, Julio de 1997
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